Por Claudio Márquez Passy
El tiempo es la moneda de tu vida. Tú debes gastarla. No dejes que otros la gasten por ti. Carl Sandburg.
El avaro visita su tesoro por traerle a la memoria que es su dueño, carcelero de su moneda. Francisco de Quevedo.
Cuando pensamos en dinero, casi siempre nos viene a la mente la imagen de una moneda, más que la de un billete, de un cheque o de una transferencia electrónica. Como sea, todo esto es dinero. Además, cuando pensamos en una moneda, la imaginamos redonda, aunque haya algunas en el mundo que sean hexagonales, octagonales, o amorfas.
Quizás pocas veces te hayas preguntado ¿por qué las monedas son redondas? y no cuadradas o triangulares. La respuesta es quizás de tipo esotérico: Las monedas deben rodar. Y deben rodar para poder circular, pues su función es la de representar un valor de cambio. El diccionario de la R.A.E. define al verbo CIRCULAR en el ámbito del comercio y dicho de los valores: Pasar de una a otra persona mediante trueque o cambio.
Por lo anterior, la moneda es dinero, es medida de cambio, y es redonda para que circule.
Debe «rodar”.
Ahora bien, y pareciendo que me salgo del tema, te ratifico, querido lector, que en México estamos viviendo varias crisis al mismo tiempo: la política, la económica, la del crimen organizado, y la sanitaria. ¡Que fregones somos! ¡Que aprenda el resto del mundo como se mantiene un país a flote con cuatro crisis simultáneas!
Y después de la reflexión anterior… ¿qué?
Primera obviedad: el mundo seguirá «rodando” te guste o no, y México junto con él.
Segunda: deberás seguir pagando tus gastos convencionales, y dejar que tus pocas o muchas monedas que tengas, sigan «rodando”.
Tercera: Si tienes un empleo, deberás cuidarlo, pues tu empleador ha decidido mantener «rodando” sus monedas contigo.
Cuarta: Si tienes una empresa, deberás repensarla para que tus empleados, clientes, y proveedores puedan seguir «rodando” sus monedas, lo cual te permitirá mantener «rodando” las tuyas.
Quinta: Si tienes algún plan o proyecto de inversión, deberás revisarlo, en su caso rediseñarlo, pero jamás cancelarlo, pues como dijo Quevedo, te volverías carcelero de tus monedas, (avaro) las cuales dejarían de «rodar”.
Con nuestras cuatro crisis simultáneas, hay algo palpable, y es que, los que no están familiarizados con estas reflexiones que te hago, están en «parálisis por análisis” y se quedan presos en su propia cárcel contando diario sus monedas. Este grupo es real, existe, y provoca una disminución en la demanda, la cual presiona a la baja los precios, y por lo mismo, ahora tienes una magnífica oportunidad de poner a «rodar” tus monedas, comprando, o invirtiendo con precios que en el corto, y no digamos en el mediano o largo plazo, jamás volverás a ver.
No me preguntes si invertir en bolsa, divisas, o metales, es bueno o malo, pues no es mi especialidad y podría darte un mal consejo. Solo te digo que he vivido cuatro mega-crisis, la de 1982, 1988, 1994, 2008 y te doy la bienvenida a la quinta de mi colección, la 20-20 con una sencilla receta: «La tierra es buena hasta en las uñas”. Excepto la de 2008 que no adquirí un metro cuadrado, puedo decirte que las oportunidades que se me presentaron en todas las demás, y que tomé, hoy son un fantástico recuerdo que jamás se repetirá. Te puedo decir que la tierra, la cual ha sido mi profesión durante casi 34 años, es donde terminan mis monedas, pero llega el momento en que esa tierra, nuevamente la pongo a «rodar”. No falla.
En esta crisis, podrás estar espantado, paralizado, arrinconado, pero si no te pones a «rodar” tú mismo con tus monedas, podrías quedar momificado. Recuerda a Sandburg: El tiempo es la moneda de tu vida, y solo tú debes gastarla. Si no hay crisis, hay autocomplacencia con decisiones lentas y mal ejecutadas. En tiempo de crisis, las decisiones son rápidas y mejor calculadas.
Si tus pasivos superan a tus activos, y notas que no tienes monedas que poner a «rodar”, entonces vende ya, borra tus pasivos, y será tu mejor negocio, pues a su tiempo ya vendrá tu recuperación. Sin deudas se piensa con más claridad.
Me quedan un par de reflexiones que van de la mano, y la primera es aquella que dice: «si te compran, vende, y si te venden, compra”, la cual encierra indiscutiblemente la convicción de mantener «rodando” la moneda.
La segunda y última es que, si has de vender, que sea en un peso. Y no te alarmes… los precios están bajando, se están contrayendo, disminuyendo, y esto no debe espantar a nadie. Sólo verifica que si has de vender tu casa en un peso, es porque con ese peso, podrías comprar otra igual que valga… ¡un peso!
Que no te importe el precio, sino el valor de cambio de tu «moneda” que ya decidiste poner a «rodar”
Claudio Márquez Passy, es escritor (LA GRULLA PARDA, ENTREVISTAS EN EL TIEMPO, Y LA DIADEMA REAL)y es dueño de un negocio inmobiliario (VYRCOMEX SA DE CV), desde hace varios años.